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  • Foto del escritorValeria Sosa

La voz de mamá: música para el bebé

Actualizado: 7 jun 2020

En su investigación Musical Development and Learning Characteristics of Students: A Compilation of Key Points From the Research Literature Organized by Age, Lori Gooding y Jayne M. Standley recopilan información sobre el sentido de la audición, estableciendo lo siguiente:

El sentido del oído es uno de los sentidos más desarrollados al nacer. El desarrollo del sistema auditivo fetal se completa alrededor de las 35 semanas de edad gestacional (Hepper y Shahidullah, 1994). Sin embargo, la respuesta fetal al sonido ocurre mucho antes, durante el desarrollo. La mayoría de las investigaciones sugieren que el funcionamiento auditivo comienza entre las 20 y 25 semanas de edad posmenstrual (PMA). Además, se ha observado una respuesta constante al sonido a las 28 semanas de edad gestacional (Whipple, 2005). Estas investigaciones sugieren, además, que el sistema auditivo periférico es capaz de dar respuestas similares a las de los adultos en términos de sensibilidad y resolución de frecuencia en, aproximadamente, las 30 semanas de edad gestacional, con niveles de umbral auditivo principalmente de adultos a las 35 semanas de edad gestacional (Standley, 2003). Dado a que el parto a término generalmente ocurre entre 38 y 40 semanas de gestación, los fetos pueden escuchar, responder y aprender información auditiva en el útero. De hecho, las respuestas al sonido medidas por el potencial evocado auditivo del tronco encefálico proporcionan un marcador de madurez neurológica en los recién nacidos (DiPietro et al., 2010).

Siendo este el avanzado desarrollo del sentido de la audición, inferimos entonces que la voz materna no es solo el sonido, sino además la vibración más constante que el bebé recibirá durante su gestación. Por ello justificamos gran cantidad de investigaciones que reflejan cómo la actividad neuronal de un bebé en gestación es estimulada con la voz materna. Si reconocemos entonces que todo sonido es vibración, coincidiremos en que la voz materna es música para los oídos del niño. En su libro El Embarazo Musical, Gabriel F. Federico sugiere que los mensajes y el contenido afectivo que la madre transmite hablándole o cantándole al bebé establece un paralelismo entre la importancia que tiene la voz de la madre y el valor que puede adquirir la música para el bebé que está por nacer, pues “la música tiene las mismas características de la voz, se puede oír, hace vibrar, y si a esto le sumamos lo que siente la mamá al escucharla, podemos observar que el bebé comienza a asimilar sus beneficios”.

Pero ¿y si vamos más allá? El estudio Infant behavioral responses to infant-directed singing and other maternal interactions se encargó de medir las reacciones emocionales de los bebés al canto de sus madres. Luego de documentar por meses interacciones de bebés entre las edades de 6 a 9 meses (que incluyeron ecuchar a la madre cantarle una canción elegida por los investigadores, escuchar a un extraño cantar esa misma canción, escuchar a la madre cantar una canción de su elección y escuchar a la madre leyéndole un libro, entre otras), el estudio arrojó que las condiciones de canto directas a los bebés provocaron un comportamiento cognitivo moderadamente positivo. Vocalmente, los bebés respondieron positivamente al juguete, y los bebés de 8 meses vocalizaron más que los bebés más pequeños, particularmente durante las condiciones de canto de identificación. Interesantemente, este estudio plantea que el canto de identificación parece tan efectivo como la lectura de libros o el juego de juguetes para mantener la atención del niño y es mucho más efectivo que escuchar música grabada.




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