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  • Foto del escritorValeria Sosa

La educación del talento

Actualizado: 19 jun 2020

En su libro Educados con Amor, Shinichi Suzuki recopila varias experiencias y pilares sobre sus posturas educativas conforme a la enseñanza musical del violín. Pasado el tiempo, su método fue reconocido internacionalmente como una de las formas de educación musical más exitosas, impartiéndose no solo en el estudio del violín, sino, además, en muchos otros instrumentos, entre ellos: la flauta. A este método se le reconoce como uno en el que los niños comienzan en el estudio de la música desde muy temprana edad, con el fin de desarrollar sus capacidades de manera sólida. Pero ¿cuál es el secreto de su éxito? ¿cómo funciona?

Espero que esta breve información les sea de beneficio y orientación, si eres un padre o una madre en búsqueda de algún método de enseñanza musical o si, por otro lado, eres adulto e igual interesas comenzar el estudio de algún instrumento. ¡Nunca es tarde!

1. Plantar la semilla de la capacidad

Creo firmemente en que las aptitudes culturales y musicales no proceden del interior ni son innatas, sino que surgen gracias a la presencia de condiciones y estímulos adecuados. Es, simplemente, una cuestión de sensibilidad y rapidez de adaptación”.

Son varios los principios educativos que el método Suzuki establece. El primero, y fundamental, reposa en la convicción de que el “talento” en los niños no es heredable o innato, sino que se desarrolla conforme al ambiente y estímulos que reciba el infante. De esta forma, esta educación parte de la certeza de que cada niño tiene la capacidad de aprender.

2. La lengua materna

Un segundo pilar en la forma de educación musical que abraza este método reside en utilizar la forma del aprendizaje de nuestro idioma materno como la más contundente prueba de que los niños aprenden, por imitación y su sentido de audición, a comunicarse desde muy temprano en su crecimiento. Este es el argumento más poderoso a la hora de cuestionar la “capacidad” o inteligencia en los niños. Suzuki cuestiona: si un niño es capaz de aprender el difícil idioma del japonés (su lengua materna) desde muy temprano, ¿cómo es posible que sea cuestionado su nivel de inteligencia? En este sentido, ve en la naturaleza humana y el instinto la verdadera clave para alcanzar el desarrollo más completo de las aptitudes y capacidades humanas.

3. Práctica versus teoría

Quienes conocen de manera general la educación musical bajo el método Suzuki reconocen la capacidad de los estudiantes en tocar de manera excelente sus piezas musicales de memoria. Esto es así debido a que el método gira en torno al desarrollo del sentido de la audición. Así como aprendemos nuestra lengua materna, requerimos de incontables repeticiones sonoras que nos permitan absorber esta nueva información para que, una vez estudiada auditivamente, pueda ser asociada en nuestro cuerpo y ejecutada de manera motriz. Por esta razón el método Suzuki es un método práctico. A diferencia de otras filosofías, la teoría musical se va incluyendo en la medida que sea relevante para la ejecución del estudiante.

4. Con paciencia y repetición la semilla florece

Se planta una semilla en la tierra. No vemos cuándo comienza la germinación. Tenemos que esperar pacientemente. No podemos escarbar en la tierra para ver si la planta crece realmente; hacerlo sería destruirlo todo. De pronto, nace un brote. Es toda una ilusión y satisfacción verlo crecer. Al mismo tiempo, la raíz, oculta en el suelo, se hace fuerte y adquiere la potencia necesaria para convertirse en un árbol grande y vigoroso”.

Debemos ser conscientes del proceso natural que conlleva el aprendizaje de nuevas destrezas. Este puede ser un desafío cada vez más retante, pues estamos acostumbrados a la inmediatez en nuestra cotidianidad. Hemos perdido la práctica de la paciencia. Nos queda recordar que todo lo humano, tod lo natural, requiere tiempo. “No se precipite, pero tampoco se detenga; la paciencia es una prerrogativa para el éxito”.

5. El triángulo Suzuki

En esta metodología, la presencia de los padres es fundamental. Se le conoce como triángulo a la combinación del rol de los pares, el estudiante y el maestro. Esta combinación permite que el niño cuente con el apoyo que necesita para llevar un aprendizaje exitoso. Desde el amor, y con la guía del maestro, los padres se convertirán en un asistente del maestro incluso mientras el estudiante practica desde casa. Para crear un hábito saludable, positivo y correcto de este rol, los padres prestan atención consciente a cada concepto trabajado, toman notas y son partícipes del aprendizaje del instrumento de manera activa. Esto significa que deberán aprender los fundamentos de la ejecución. ¿Por qué? Los niños naturalmente imitan a sus padres. Sabemos beneficiosos los resultados de esta estrategia pues sirve como inspiración y motivación para que el niño lo quiera intentar. Por ello, debemos ser responsables y cuidadosos, garantizando que esa imitación sea de hábitos correctos.

6. Objetivo de la educación

Suzuki entiende que es la calidad en la educación lo que hará una diferencia en humanidad. Diferente a lo que pudiéramos pensar, su fin no es educar a niños virtuosos de la música, sino ciudadanos de buen corazón. “Aún cuando el 5% de sus estudiantes hagan carrera en la música, el profesor insiste: Si un niño escucha buena música desde el día de su nacimiento, y aprende a tocarla, desarrolla sensibilidad, disciplina y resistencia. Su corazón será noble”. El objetivo en la educación del talento es desarrollar grandes seres humanos.



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